
Fotografía en Mollendo, Perú.
La vida diaria es una vida de acción. Le guste o no, usted debe funcionar. Todo lo que hace para su propio provecho se acumula y llega a ser explosivo; un día estalla y da al traste con usted y su mundo. Cuando usted se engaña a usted mismo con que trabaja por el bien de todos, entonces es todavía peor, pues no debería guiarse por sus propias ideas de lo que es bueno para los demás. Un hombre que pretende saber lo que es bueno para los demás es peligroso.