
Fotografia en Varsovia, Polonia.
Cuando la mente está en calma, nosotros llegamos a conocernos a nosotros mismos como el presenciador puro.
Nos retiramos de la experiencia y de su experimentador y permanecemos aparte en la presenciación pura, que está entre ellos y más allá de ellos.
La personalidad, basada en la autoidentificación, en imaginarse que uno es algo: «yo soy esto, yo soy eso», continúa, pero solo como una parte del mundo objetivo.
Su identificación con el presenciador se rompe.